17.12.09

Transparente el dolor


Algún lejano día este dolor será transparente. Aunque, quizás nunca lo sea.
Disfruto sentirlo tan ardiente, quemándome las yemas de los dedos, incinerándome la columna vertebral.
Lo tengo bien presente, porque todavía no estoy preparada para dejarlo ir.
Este dolor es una de las más dulces compañías.
Me muestra lo débil que soy y lo fuerte que puedo ser. Lo mucho que puedo soportarlo hasta estallar.
Me mantiene inmersa en un mundo de pesadillas, de oscuridad absoluta. Un mundo donde nada de mi funciona correctamente.
Y aún así lo elegiría una vez más.

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